Crónica de Cartagena Negra 2017
Con una asistencia media por día que rozó las doscientas personas finalizó la tercera edición de las jornadas de literatura negra y de misterio de Cartagena Negra. Ese número ha demostrado, un año más, que la variedad de actividades programadas ha resultado uno de los principales aciertos de las jornadas.
La propia alcaldesa de la ciudad, Ana Belén Castejón, fue la encargada de inaugurar esta edición en la sede del Auditorio El Batel, el martes 5 de septiembre, con unas palabras llamadas a defender la cultura en cualquiera de sus manifestaciones, al tiempo que se comprometía a seguir apoyando iniciativas como ésta; tras ella, el Director de Contenidos, Francisco Marín, dio un segundo pistoletazo de salida con la lectura de un manifiesto titulado “Palabras contra la barbarie”, en el que se defendía la literatura como la mejor de las opciones para frenar el terrorismo, cuyo último golpe acababa de sufrir la ciudad de Barcelona.
La jornada inaugural finalizó con la presentación de la antología de relatos negro-criminales Cartagena Negra, primera de estas características que es alumbrada bajo el auspicio de un festival de género negro, y en la que 23 autores han colaborado con un relato negro cuya acción debía transcurrir por las calles de Cartagena. La edición ha sido posible gracias a la participación del Ayuntamiento y a la buena disposición de la editorial La Fea Burguesía. Como colofón, se inauguró la exposición de Collage Noir, a cargo de la Sociedad de Collage de Cartagena, y a continuación se celebró un pequeño cóctel de bienvenida, patrocinado por la empresa InmoQuality.
La segunda jornada tuvo un inicio muy peculiar, con la actividad Menudos Detectives Menudos, a cargo de VDreams, que preparó un magnífico juego de pistas e investigación en el que participaron una veintena de pequeños que tenían que encontrar una serie de objetos escondidos en la librería Santos Ochoa y sus alrededores. A continuación se celebró el primero de los aperitivos negros, en El Vinagrillo, que corrió a cargo del cocinero y escritor Xabier Gutiérrez, quien ilustró a los asistentes acerca de sus dos pasiones: la cocina y la literatura.
La tarde se animaría con la presentación de la novela Flor seca, de Graziella Moreno, y la celebración de otros dos encuentros con sendos clubes de lectura, a cargo del propio Xabier Gutiérrez y María Oruña, encuentros que son posibles gracias a la labor de la Red de Bibliotecas Municipales de Cartagena, con Mari Carmen Rodal a la cabeza. Los tres autores cerraron con una interesante mesa redonda en la que se habló de las diferentes características de sus personajes, todos ellos pertenecientes a las fuerzas del orden. Las cañas negras de Míster Witt, como siempre, permitieron un mayor acercamiento de los tres autores con un buen número de lectores.
Para la mañana del 7 de septiembre, Clara Peñalver inició su taller de escritura policiaca, del que durante dos días pudieron disfrutar una decena de participantes. El aperitivo negro del día corrió a cargo de Susana Hernández, y se celebró en Casas del Rey, donde autores y público fueron acogidos con una calidez extraordinaria. Y gracias a actos como éste los asistentes pudieron tomar fuerzas para una tarde muy intensa.
Por un lado se celebró la mesa redonda Crimen en el sudeste, en la que participaron varios autores regionales que están despuntando en los últimos tiempos en el género negro: Víctor Mirete, Cristóbal Terrer, Pedro Martí, Francisco José Segura, Carlos Dosel y Alfonso Gutiérrez Caro. Al mismo tiempo, tres clubes de lectura se repartieron la presencia de José Mª Espinar Mesa-Moles, Montse Sanjuan y Susana Hernández, y Francisco Marín presentaba, en la librería Santos Ochoa, la última novela de Joaquín Llorens, Crímenes de lesa majestad.
Después, el mal planeó sobre las asistentes en la consiguiente mesa redonda en la que se habló de si dicho mal se puede heredar, o se puede nacer con él, o si por el contrario se va adquiriendo debido a causas externas. Una mesa inquietante de la que el público se desquitó en Míster Witt con la magnífica celebración de una charla-concierto en la que Santiago Álvarez, que compatibiliza su labor de escritor con la de guitarrista, dio un interesante repaso por la historia de algunos clásicos del rock.
El viernes nos regaló la intervención de Chema Gil, uno de los mejores especialistas en yihadismo que tenemos en España, y que no tuvo reparos en hablar sobre un tema delicado en los últimos tiempos. El aperitivo negro corrió a cargo de David Jiménez El Tito, que volvió a su Cartagena natal celebrando también la aparición de su nueva novela, Inspector Solo, y prologó así la presentación que se realizaría por la tarde en Santos Ochoa, la de la novela Sucios y malvados, de Juanjo Braulio.
Otros dos clubes de lectura, protagonizados por Julio César Cano y el propio David Jiménez, dieron paso a la mesa redonda en la que los tres, acompañados de la escritora Anabel Botella, hablaron de la identidad mediterránea en la novela negra, si es que realmente existe algo así, capaz de caracterizar la prosa de estos autores.
Antes, Javier Olivares y Sagar Forniés hablaron de las relaciones que se dan entre literatura y cómic, mostrando una vez más el talante de este festival por acercar al público otras manifestaciones que van más allá de lo meramente literario. Para finalizar, Míster Witt acogió la primera edición del concurso de microrrelatos en vivo “Deje aquí su sombrero”, una modalidad que mezclaba la creación literaria y la lectura interpretativa de la misma, y de la que resultó ganador Juan Pons con su texto Puro teatro. Los autores presentes en la velada ejercieron de jurado y le concedieron el premio que patrocina el Hotel Los Habaneros.
Para la jornada de clausura, el programa fue realmente intenso, durante la mañana, Jon Arretxe y María José Moreno hablaron de sus series de novelas, la de Touré en el caso del autor bilbaíno y la Trilogía del mal, a mano de la autora cordobesa. Una velada que se inició con la exposición del colectivo de dibujantes urbanos Cuatro Gatos y en la que pasamos de la crítica social al tratamiento del mal y sus consecuencias psicológicas y hasta psiquiátricas, y cuyo complemento corrió a cargo de Toni Hill, que hizo disfrutar al público en el último de los aperitivos negros, celebrado esta vez en Míster Witt.
La tarde no iba a ser menos, el joven José Fernández pronunció una conferencia que ahondaba en la Barcelona de Pepe Carvalho mientras en la librería Santos Ochoa se presentaba la novela Dos cuarenta y nueve, para finalizar de nuevo en El Batel con la última de las mesas redondas, de la que formaron parte el citado Toni Hill, Rafa Melero y Pere Cervantes, que departieron junto a Francisco Marín acerca del panorama noir que se respira en Cataluña.
Ya sólo quedaba la clausura que, como no podía ser de otra manera, se celebró en Míster Witt, donde se proyectó la cinta ganadora del concurso de cortometrajes negros, cuyos finalistas pudieron verse antes de las mesas redondas de la semana, y que correspondió a la titulada Los Ángeles 1991, de Mac&Zac, o lo que es lo mismo, Miguel de Olaso y Bruno Zacarías, que al vivir en Estados Unidos enviaron un vídeo agradeciendo la concesión del premio.
Pero faltaba el galardón más importante, la entrega del I Premio de Novela Cartagena Negra, que ha recaído en Rafa Melero y su novela Ful. Emocionantes fueron las palabras del autor al recogerlo y recordar a su madre, justo antes de que Francisco Marín echara el cierre a esta edición tras emplazar al público al próximo septiembre para seguir sorprendiendo con las cuartas jornadas.
Es justo agradecer su colaboración a todos los que han hecho posible estas jornadas, David Martínez Noguera, Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, principal organizador. InmoQuality, José Díaz e ISEN Centro Universitario, que han actuado como patrocinadores. Y los colaboradores: Hotel Los Habaneros, diario La Opinión, Judit Centro de Formación, Auditorio El Batel, Red de Bibliotecas Municipales de Cartagena, Librería Santos-Ochoa, Míster Witt Cafetería, El Vinagrillo, Casas del Rey, Gatos USK y Sociedad de Collage de Cartagena.
De agradecer fueron también las visitas que recibimos desde Granada, con la presencia de Kika Sureda y Anxo Do Rego, así como la llegada de Charo González Herrera, incombustible seguidora que llegó desde Barcelona. Y por supuesto, es preciso señalar al grupo humano que está tras las bambalinas preparando estas jornadas, comandados por Francisco Marín: Ana Ballabriga, Manuel Acosta, Belén Carrascosa, Salvador Martínez, Susana Figuerola, Baltasar Ramos, Mateo Ripoll, Aniceto Valverde y quien firma esta crónica. Todos seguiremos en el empeño de hacer de Cartagena Negra un festival cada vez más completo.
Antonio Parra Sanz